Decálogo del buen compañero de viaje (II)
En esta oportunidad vamos a concluir el decálogo del buen compañero de viaje, teniendo en cuenta que en la entrada anterior ya habíamos mencionado que éste es alguien con una buena actitud, generoso consigo mismo y con la persona con la que está compartiendo una aventura. Si aún no la han leído, la encuentran en el siguiente enlace: Decálogo del buen compañero de viaje (I)
Si hasta aquí, la persona cuenta con esas características, entonces será necesario evaluar si también tiene estas otras 5 cualidades complementarias del decálogo del buen compañero de viaje. Les aseguro que si esa persona con la que van a viajar, o ustedes mismos, cumplen con estas condiciones, serán la mejor compañía para disfrutar de una experiencia maravillosa fuera de casa.
6. Estar abierto a disfrutar de todo lo que suceda
Esta es una de las cualidades más lindas que puede tener un buen compañero de viaje -incluso un buen compañero para la vida-: que sea una persona que disfrute de todo lo que suceda a su alrededor. Porque esa persona que es capaz de gozarse cada momento, de ver los aspectos positivos de los lugares, de las experiencias e incluso de las demás personas, no sólo va a sentir una felicidad plena durante esos días que dure el viaje, sino que además nos contagiará de su optimismo y de su buena energía. Por eso, el compañero de viaje que no ha perdido la capacidad de maravillarse, de dejarse sorprender y que siempre busca aprovechar al máximo cada momento, le dará un toque mágico a nuestra experiencia, pues su compañía será un valor agregado frente a lo que vivamos fuera de casa.
7. Ser una persona respetuosa
Esta cualidad -que realmente corresponde a un valor personal- resulta fundamental para que un viaje sea exitoso y transcurra de forma tranquila. En primer lugar, porque la persona que es respetuosa honrará los acuerdos a los que lleguemos sobre la forma en que se va a desarrollar el viaje y será considerada con nosotros en todo momento.
Pero, además, ese compañero debe ser respetuoso no sólo con nosotros sino también con las terceras personas con las que interactuemos durante nuestra expedición. No hay nada peor que viajar con alguien que trate de forma despectiva o grosera a quienes conocemos durante el viaje, ya sean guías turísticos, meseros, personal del hotel donde nos estemos alojando o incluso otros viajeros cuyos caminos se crucen con el nuestro. Por eso recomiendo a toda costa evitar salir con personas que sabemos que nos van a poner en situaciones incómodas, haciéndonos sentir vergüenza ajena porque no tratan con respeto y deferencia a quiénes se relacionen con nosotros.
No olviden, además, el famoso dicho de “dime con quién andas y te diré quién eres”, que tanto aplica para el viajero que está acompañado de una persona irrespetuosa.
8. Ser puntual
Aunque esta cualidad podía haberla incluido en el punto anterior del decálogo del buen compañero de viaje, creo que es tan trascendental para el éxito de una expedición, que merece un capítulo aparte. Porque la puntualidad en un compañero de viaje es clave para que las cosas fluyan de la mejor manera.
Esa persona con la que estamos compartiendo la experiencia debe ser puntual no sólo para estar lista a la hora acordada en la que vamos a iniciar nuestra jornada, sino también en el desarrollo de los itinerarios y horarios que se hayan establecido durante el día. En el primer caso, la persona que se levanta tarde o que toma mucho tiempo en arreglarse, desde las primeras horas del día afecta los planes de todos porque atrasará el inicio de las actividades, sin importarle que uno sí haya hecho el esfuerzo de pararse de la cama más temprano y estar listo a la hora acordada. Y lo mismo sucede con quien tampoco respeta los horarios que se acuerdan durante el desarrollo de cada jornada y no le importa dejarlo a uno esperando media hora o a veces más tiempo, alterando no sólo el buen ambiente sino también los planes establecidos.
Si bien habíamos dicho que el buen compañero debe ser flexible, también señalamos que, cuando no estamos solos, debemos pensar en equipo. Por eso, si hay circunstancias que alteran los planes, como por ejemplo que la noche anterior llegamos muy tarde o cansados de una jornada extenuante, es necesario que ese compañero sea capaz de hablar con nosotros y proponernos un cambio en la hora de salida para que juntos estemos de acuerdo, evitando así que, cuando uno ya esté listo para salir, la otra persona hasta ahora se esté levantando.
9. Ser comunicativo e interesante
A diferencia de lo que ocurre cuando viajamos solos (para saber cómo es esa experiencia, les recomiendo leer la entrada Aprender a viajar solo: mi primer paso para recorrer el mundo), en los viajes con compañía es inevitable que la persona con la que uno va a interactuar, comentar, compartir y pasar la mayor parte del tiempo, sea precisamente su compañero de viaje. Por eso es muy importante que esa persona tenga una buena capacidad de comunicación, no sólo para que juntos podamos dialogar sobre la forma en que se desarrollará la experiencia, sino también para que podamos compartir cómo nos sentimos, qué nos ha gustado y qué no, qué hemos aprendido durante nuestra expedición y muchas otras cosas que van a permitir que el viaje se convierta en una verdadera oportunidad para disfrutar de unos días de felicidad.
Y si esa persona, además de comunicativa, también es interesante por el conocimiento que posee, por las experiencias que previamente ha tenido y porque es capaz de contar buenas historias, nuestra experiencia de viaje será aún más valiosa, divertida y enriquecedora.
10. Nunca abandonar al compañero
Y así llegamos a nuestra última cualidad del decálogo del buen compañero de viaje que, aunque puede sonar a cliché de película de acción, encierra un mensaje muy importante. Porque siempre que salimos de nuestras casas a un lugar desconocido, no importa qué tan cerca o lejos sea del sitio donde vivimos, vamos a estar expuestos a riesgos que tenemos que ser capaces de prever, evitar y saber manejar.
Las situaciones de peligro a las que nos enfrentamos pueden ser un poco más difíciles cuando viajamos solos, pues no tenemos a alguien que nos “cubra la espalda” y pueda ayudarnos en determinadas situaciones de dificultad. Pero les aseguro que el riesgo será muchísimo mayor, si nuestro viaje lo hacemos acompañados con alguien en quien confiamos, pero al que verdaderamente no le importa qué suceda con nosotros y nos abandona a nuestra suerte.
En el primer caso, al saber que uno está solo puede adoptar las medidas de precaución que considere necesarias; pero cuando está acompañado por alguien, la mayoría de las veces uno tiende a confiarse en esa persona, lo que lleva a bajar un poco la guardia frente a lo que pueda suceder. Por eso, el buen compañero de viaje jamás abandona a su socio de aventuras, porque sabe que no puede defraudar esa confianza que han depositado en él.
Y así concluimos este listado de las 10 cualidades del buen compañero de viaje, que a mi juicio son fundamentales para que nuestro socio de aventuras haga de nuestros días fuera de casa, una experiencia mejor que la que habríamos tenido de haber decidido viajar solos.
Sólo me resta decir que este decálogo, más que utilizarlo para evaluar a otras personas, es útil para que hagamos una autoevaluación que nos permita saber qué tan buenos compañeros de viaje somos nosotros mismos. Porque de nada sirve que logremos encontrar a alguien que tenga todas estas virtudes, si nosotros mismos no las aplicamos, pues el éxito y el buen desarrollo de una experiencia de viaje siempre dependerá, en primer lugar, de cada uno de nosotros.
Hasta la próxima!
Julián A. Gómez-Díaz – @Itinerant Lawyer
PD. ¡No olviden visitar mi canal de YouTube ‘Itinerant Lawyer’ donde podrán encontrar varias opciones de destinos que pueden ir a descubrir con sus buenos compañeros de viaje!
Le falto no olvidarse de sus compañeros de viaje….jajaja
Eso jamás! Otra cosa son los que ya no pueden viajar tan fácil por otras obligaciones en la vida jeje. Un abrazo, hermano!