Sí vamos al mundial

Sí vamos al mundial gracias a un grupo de mujeres disciplinadas, talentosas y de carácter firme que, arropadas por el apoyo de millones de colombianos, durante las últimas semanas nos hicieron sentir orgullosos al convertirse en finalistas de la Copa América Femenina de 2022 y aseguraron un cupo a la Copa Mundial Femenina de Fútbol de 2023 (y también a los Juegos Olímpicos de París de 2024).

Porque después del duro golpe que recibimos los aficionados al fútbol con la eliminación del mundial masculino de Qatar 2022, las jugadoras colombianas no sólo nos devolvieron la alegría, sino que además nos dieron una lección de sacrificio, grandeza y sobre todo de dignidad.

Y es que la clasificación de la selección Colombia de mayores al mundial femenino que se disputará en Australia y Nueva Zelanda entre el 20 de julio y el 20 de agosto de 2023 no es un hecho aislado. Por el contrario, es el cierre con broche de oro de un rendimiento fantástico de las jugadoras colombianas, quienes también se clasificaron al mundial femenino Sub-20 (que tendrá lugar en Costa Rica en el mes de agosto de 2022) y al mundial femenino Sub-17 (que se jugará en la India en octubre de este mismo año).

Hoy, 30 de julio de 2022, la selección Colombia femenina jugará la final de la Copa América contra el equipo de Brasil, a las 7:00 p.m., en el estadio Alfonso López de la ciudad de Bucaramanga. Aunque de entrada el equipo rival parte como amplio favorito, ha sido tan extraordinario el desempeño de las jugadoras colombianas en la cancha, que todos estamos convencidos de que, en esta oportunidad, la copa se quedará en casa. 

Sin conocer aún el marcador del partido que se jugará esta noche e independientemente de si nuestras jugadoras logran su primer título continental (¡que esperamos lo hagan!), hoy quiero compartir con ustedes cuatro conclusiones a las que he llegado en relación con todo lo que ha ocurrido en este 2022 alrededor del fútbol femenino en nuestro país:

1. Los procesos a mediano y largo plazo siempre darán frutos

Los resultados obtenidos en este 2022 por la selección Colombia femenina, en sus distintas categorías, han sido producto del crecimiento del fútbol femenino durante los últimos años. Luego de los logros alcanzados por aquel grupo apodado como las “superpoderosas”, que lograron clasificarse a los mundiales de Alemania 2011 y Canadá 2015, y a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016 (algunas de las cuales aún continúan en el equipo como Catalina Usme, Daniela Montoya, Diana Ospina y Liana Salazar), el fútbol femenino ha venido madurando en nuestro país.

A pesar de que este desarrollo no ha tenido la profundidad y la velocidad ideal para que la evolución de las jugadoras sea aún mayor, la implementación de la liga femenina a partir del 2017 ha permitido que muchos de los talentos nacionales hayan tenido la oportunidad de profesionalizarse y dedicar su tiempo a mejorar su condición atlética, su técnica y sus habilidades futbolísticas, en la medida en que esta actividad ya no es para ellas un simple hobby de tiempo parcial. 

2. Debemos aprovechar al máximo el potencial que tenemos a nivel regional

Nadie puede desconocer que el potencial demostrado en tan corto tiempo por el fútbol femenino colombiano es realmente sorprendente. Sin demeritar los logros alcanzados por las selecciones Colombia masculinas de mayores y juveniles en años pasados, a mi juicio, es evidente que nuestro país tiene una mayor ventaja comparativa y competitiva en la rama femenina, a nivel regional, que debemos aprovechar al máximo.

Los resultados obtenidos demuestran que Colombia cuenta con un potencial extraordinario que le ha permitido, con relativamente poco (sólo 6 ligas femeninas organizadas entre 2017 y 2022), alcanzar un nivel profesional significativo (que incluye 1 título y 4 subtítulos de la Copa Libertadores de América) y formar jugadoras de talla mundial, que ahora son pretendidas por los mejores clubes del planeta.

Por eso, aquí viene la pregunta importante: si con tan poco hemos alcanzado un nivel extraordinario, ¿qué tanto podríamos lograr si se tomara la decisión de asumir un compromiso serio y estructural con el desarrollo del fútbol femenino en Colombia? 

Si a título de ejemplo analizamos el proceso que ha tenido el fútbol femenino en los Estados Unidos (un país donde este deporte no es ampliamente practicado por los hombres), salta a la vista que la inversión y la implementación de serios planes de desarrollo, con visión de futuro, han llevado a que hoy en día la selección norteamericana sea la primera del escalafón FIFA, múltiple campeona del mundo y todo un referente que mueve masas en el país y a nivel internacional. 

Entonces, si es evidente que el talento de las jugadoras colombianas es tan bueno a nivel regional -lo cual se vio en la cancha durante los partidos de esta Copa América 2022-, ¿por qué no aprovechamos esta ventaja para seguir fortaleciendo el fútbol femenino, que puede derivar en tantas cosas buenas para nuestro país en el futuro cercano?


3. El fútbol femenino sí resulta atractivo y puede ser rentable

Una de las afirmaciones que se escucha recurrentemente para justificar la falta de apoyo al fútbol femenino, es que supuestamente éste no es atractivo para el público y que tampoco resulta rentable desde el punto de vista económico. Sin embargo, lo ocurrido durante este año 2022 ha demostrado todo lo contrario. Para ello basta con mirar no sólo la buena asistencia a los estadios de Cali, Armenia y Bucaramanga durante esta Copa América, sino también la asistencia a los partidos finales de la liga femenina.

En efecto, el pasado 5 de junio se jugó el partido de vuelta de la final de la Liga Femenina 2022 entre América de Cali y el Deportivo Cali, y la asistencia de público a dicho encuentro superó los 39 mil espectadores. Una cifra no menor que incluso le dio la vuelta al continente a través de los medios de comunicación, pues demostró que el fútbol femenino sí puede mover las pasiones de los aficionados y resulta atractivo para los amantes de este deporte.

Pero, además, con una buena planificación en la que se involucren la Federación Colombiana de Fútbol, la Dimayor, los clubes profesionales y las empresas privadas, se puede diseñar un esquema de fortalecimiento del fútbol femenino, para que éste sea rentable para todos. 

Esta Copa América jugada en nuestro país ha puesto los reflectores sobre nuestras jugadoras, quienes se han convertido en modelos a seguir y fuente de inspiración para muchas niñas colombianas que, en los estadios o desde sus televisores, las han visto dar todo en la cancha, no abandonar sus sueños y finalmente triunfar.

Por eso, este impulso que hemos tomado durante las últimas semanas no lo podemos perder. Porque este interés que ha despertado la Copa América 2022 debe ser el punto de partida para que todos los actores vinculados al fútbol femenino se comprometan a hacer sus mayores esfuerzos, orientados a garantizar que nuestras jugadoras puedan dedicarse profesionalmente, durante todo el año, a eso que mejor saben hacer: jugar al fútbol.


4. El fútbol femenino sólo crecerá si hay un verdadero apoyo del público

Aquí quiero tomar como propias las palabras de Carolina Pineda, una jugadora referente en el América de Cali y que ha formado parte de la selección Colombia femenina, quien escribió en su Twitter que el fútbol femenino no se apoya sólo con mensajes en redes sociales. 

Toda la razón tiene Carolina cuando hace esta reflexión, pues no basta con que nosotros los espectadores hagamos publicaciones en nuestro Instagram o en nuestro Twitter, diciendo que apoyamos el fútbol femenino y que nos sentimos orgullosos de lo que ha logrado la selección Colombia femenina, si eso no se traduce en un apoyo real que incluya comprar las entradas e ir a los estadios a acompañarlas.

En conclusión: el crecimiento y el fortalecimiento del fútbol femenino en Colombia debe ser un propósito de TODOS, incluyendo a los directivos, los dueños de los clubes, las jugadoras, la empresa privada y sobre todo de nosotros, los fanáticos del fútbol, quienes con nuestro apoyo seremos los que verdaderamente impulsaremos este salto de calidad que tantos beneficios le traerá a nuestro país.

En mi caso particular, llevo 3 semanas viajando a Cali, a Armenia y ahora me encuentro en Bucaramanga (desde donde escribo esta entrada), asistiendo a cada uno de los partidos de nuestra selección Colombia femenina. Porque estoy convencido de que debo ser el primero en apoyar esta causa que espero concluya con una victoria esta noche, que nos llene de mayor felicidad -¡porque la que ya tenemos, porque sí vamos al mundial, no nos la quita nadie!-.

Por último, les confieso que estoy pensando seriamente en viajar a Australia y Nueva Zelanda a acompañar a nuestras guerreras durante la Copa Mundial femenina de 2023, donde van a tener un magnífico desempeño. ¿Ustedes se animarían a ir y organizamos un plan para que vayamos juntos? ¡Me cuentan!

Hasta la próxima!

Julián A. Gómez-Díaz – Itinerant Lawyer